La navidad en mi familia nunca, que yo recuerde, fue acompañada por la tradicional parafernalia que engalanaba las casas de nuestros vecinos. No recuerdo haber tenido frondosos arbolitos cargados de regalos. Tampoco recuerdo que tuviésemos esas luces que iluminan las casas y los comercios como alegres enjambres de luciérnagas. No había papanoeles mecánicos danzando el "jingle bells" todo el día, sin descansar un sólo minuto. No teníamos tampoco ningún arsenal de fuegos artificiales, ni esas bombas en miniatura que hace que hoy, muchos niños se transformen en pequeños Bin Laden, colaborando con entusiasmo en la noble y difundida tarea de destruir la paz de los semejantes. Cuando pasábamos la navidad en la casa de la abuelita Eva, podíamos hacer brillar unas cuatro o cinco luces de bengala, o detonar una que otra pequeña bomba, lo que nos daba un inexplicable placer interior, al tiempo que un sentimiento de satisfacción se instalaba sibilinamente en algún lugar recóndito de nuestros corazones. Eso sí, la rutina navideña de nuestra familia incluía un programa especial en la iglesia, un delicioso panetón "Unión" con sus cristales de fruta confitada, el humeante chocolate "Cuzco" acompañado de leche evaporada, alguna película de navidad que pasaban por la tele, a veces un pollo a la brasa con su dotación de papas fritas y ensaladas, una buena olla del inolvidable "arrozdemamá", una oración de rodillas en la sala y un cálido abrazo a las diez de la noche, porque nadie era tan valiente como para quedar despierto hasta las doce. En realidad, nunca la navidad perdió su sentido para nosotros, porque con aquellas navidades tan ostentosamente faltas de ostentosidad, el mensaje que implícitamente era dado en nuestra familia, es que más allá del ruido y las luces, navidad es tiempo en que la familia se reune para recordar que la paz, la esperanza, el amor , la salvación y la vida eterna; se personifican en el tierno niño que nació hace dos mil años en la pequeña aldea de Belén.
Feliz navidad para todos.
Ruben Montero
Ruben Montero
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